El Señor le dijo: 'No será así; si alguien mata a Caín, lo pagará siete veces'. Y el Señor puso una señal a Caín para que si alguien lo encontraba, no lo matara.
y le dijo: 'Pasa por la ciudad, recorre Jerusalén y marca con una cruz la frente de los hombres que gimen y lloran por todas las nefastas acciones que se cometen dentro de ella'.
Matad a ancianos, jóvenes, doncellas, niños y mujeres, hasta el exterminio. Pero no toquéis a los que tengan la cruz en la frente. Empezad por mi santuario'. Empezaron, pues, por los ancianos que estaban delante del templo.
El humo de su suplicio sube por los siglos de los siglos, y no tienen reposo ni de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su estatua y los que reciben la marca de su nombre'.
El Señor le dijo: 'Ponle el nombre de Yezrael, porque dentro de poco haré pagar a la casa de Jehú la sangre derramada en Yezrael y pondré fin al reino de la casa de Israel.
El Señor, por medio del profeta Jehú, hijo de Jananí, dirigió su palabra contra Basá y contra su casa, no sólo por todo lo malo que hizo a los ojos del Señor, irritándole con sus acciones y haciéndose semejante a la casa de Jeroboán, sino por haber exterminado a ésta.