Llevaba una túnica talar y con mangas, pues así se vestían en otro tiempo las hijas del rey todavía vírgenes. El criado la echó y cerró la puerta tras ella.
tomaste tus vestidos y te preparaste en las colinas tiendas de abigarrados colores, para entregarte en ellas a la lujuria, como no había sucedido ni sucederá jamás.
Seguramente han encontrado botín y lo están repartiendo; una, dos jóvenes para cada guerrero, un vestido, dos vestidos de colores para Sísara; un vestido, dos vestidos bordados para su cuello.