La mujer respondió a la serpiente: 'Nosotros podemos comer del fruto de los árboles del jardín.
Los criminales lo son desde el vientre de su madre, los embaucadores antes de nacer ya son así;
El Señor Dios dio al hombre este mandato: 'Puedes comer de todos los árboles del jardín;
pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día en que comas, ciertamente morirás'.
Sólo del fruto del árbol que está en medio del jardín nos ha dicho Dios: No comáis de él, ni lo toquéis siquiera, bajo pena de muerte'.