Y Dios le dijo: 'Ciertamente Sara, tu mujer, te dará un hijo, y tú le llamarás Isaac. Yo estableceré con él mi pacto, como un pacto perpetuo para su descendencia después de él.
Y aquella misma noche se le apareció el Señor y le dijo: 'Yo soy el Dios de tu padre Abrahán. No temas, porque yo estoy contigo. Te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abrahán, mi siervo'.