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Referencias Cruzadas

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Génesis 26:12

Biblia Martin Nieto

Isaac sembró la tierra donde estaba, y aquel año recolectó cien veces más. ¡Tanto le bendijo el Señor!

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18 Referencias Cruzadas  

Reside en ese país, y yo estaré contigo y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia os daré esta tierra cumpliendo el juramento que hice a tu padre Abrahán.

Otra parte cayó en tierra buena y dio fruto lozano y crecido, una treinta, otra sesenta y otra ciento'.

Por la mañana siembra tu semilla, y por la tarde no des descanso a tu mano; porque tú no sabes lo que es mejor, si esto o aquello, o si ambas cosas son igualmente buenas.

Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

El Señor ha colmado de bendiciones a mi amo y le ha enriquecido mucho; le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, criados y criadas, camellos y asnos.

Abrahán era ya muy viejo, y el Señor le había bendecido en todo.

Yo planté y Apolo regó, pero quien hizo crecer fue Dios.

Pues yo sembraré la paz; la viña dará su fruto, la tierra dará sus productos y el cielo enviará su rocío. Yo daré todo esto en posesión al resto de este pueblo.

Y el Señor bendijo la nueva condición de Job más aún que la anterior: llegó a poseer catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas.

Poco, realmente, era lo que tenías antes de mi venida, mientras que ahora ha aumentado grandemente bajo mi dirección y el Señor te ha bendecido. Pero ¿cuándo podré hacer yo también algo por mi casa?'.

Otra parte cayó en tierra buena, y dio frutos; una ciento, otra sesenta, otra treinta.

Habrá abundancia de trigo en el país, hasta en la cima de los montes ondearán las espigas como en el Líbano, florecerán como la hierba de los campos.

Lo sembrado en tierra buena es el que oye la palabra y la entiende y da fruto, ciento, sesenta y treinta por uno'.

Jura que no nos harás daño, como nosotros no te hemos tocado y no te hemos hecho sino bien dejándote ir en paz. Tú eres ahora el bendito del Señor'.

La bendición del Señor es lo que enriquece, nuestro esfuerzo no le añade nada.

Después de la muerte de Abrahán, Dios bendijo a Isaac, su hijo, que se quedó a vivir junto al pozo de Lajay-Roí.




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