Sara vivió ciento veintisiete años.
Abrahán cayó rostro en tierra y se puso a reír diciéndose a sí mismo: '¿A un hombre de cien años le podrá nacer un hijo, y Sara a los noventa años podrá ser madre?'.
Y también su concubina, de nombre Rauma, le dio a Tébaj, Gajan, Tajas y Maacá.
Sara murió en Quiriat Arbá, o sea Hebrón, en tierra de Canaán. Abrahán vino a llorar a Sara y a hacer duelo por ella.
Isaac introdujo a Rebeca en la tienda de Sara, la tomó y fue su mujer. La amó, y se consoló de la muerte de su madre.