La adorarán todos los habitantes de la tierra, cuyos nombres no están escritos desde el principio del mundo en el libro de la vida del cordero degollado.
Yo le respondí: 'Señor, tú lo sabes'. Él me dijo: 'Ésos son los supervivientes de la gran persecución, y han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del cordero.
Entonces, junto al trono, vi un cordero rodeado de los cuatro vivientes y de los ancianos. Estaba de pie y como degollado. Tenía siete cuernos y siete ojos (éstos son los siete espíritus de Dios enviados por todo el mundo).
Amasías contestó al hombre de Dios: '¿Y los tres mil cuatrocientos kilos de plata que he entregado a las tropas de Israel?'. El hombre de Dios respondió: 'Mucho más que eso puede darte el Señor'.
Isaac dijo a su padre: '¡Padre!'. Él respondió: '¿Qué quieres, hijo mío?'. Isaac dijo: 'Llevamos el fuego y la leña; pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?'.
Cuando llegaron al lugar que Dios le había indicado, Abrahán levantó un altar; preparó la leña, ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar encima de la leña.
Luego Elías le dijo: 'Quédate aquí, porque el Señor me manda ir al Jordán'. Y él replicó: '¡Por Dios y por tu vida que no te dejaré!'. Y fueron los dos juntos.