El hombre fue a la casa. Labán desaparejó los camellos y les dio paja y forraje; a él y a sus acompañantes les trajo agua para que se lavaran los pies.
y les dijo: 'Por favor, señores, venid a casa de vuestro siervo y pasad allí la noche; lavaos los pies, y mañana por la mañana seguiréis vuestro camino'. Ellos le respondieron: 'No; pasaremos la noche en la plaza'.
Y, volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: '¿Ves a esta mujer? Yo entré en tu casa y no me diste agua para los pies; ella, en cambio, ha bañado mis pies con sus lágrimas y los ha enjugado con sus cabellos.
y estar acreditada por sus buenas obras, tales como haber educado bien a sus hijos, haber ejercitado la hospitalidad, haber lavado los pies a los creyentes, haber socorrido a los atribulados, haber practicado toda clase de obra buena.