Igualmente, vosotros, maridos, comportaos sabiamente con vuestras esposas, como con un sexo más débil. Puesto que son herederas, con el mismo título que vosotros, del don de la vida sed respetuosos con ellas para que vuestras oraciones no encuentren obstáculos.
El Faraón se había también enterado de lo sucedido y trataba de matar a Moisés. Moisés huyó del Faraón y se detuvo en la tierra de Madián, sentándose junto a un pozo.
El criado tomó diez camellos de los de su señor y partió llevando consigo toda clase de regalos de su señor. Puesto en camino, llegó a Arán Naharáyim, la ciudad de Najor.