Josué conquistó toda la tierra: la montaña, el Negueb, la tierra baja y las pendientes con todos sus reyes, sin dejar ni un superviviente. Entregó al exterminio a todo ser viviente, como había mandado el Señor, Dios de Israel.
Cuando Aquís preguntaba: '¿Dónde habéis hecho incursión hoy?', David respondía: 'En el Negueb de Judá, en el Negueb de Yerajmeel, en el Negueb de los quenitas'.