animando a los discípulos, exhortándolos a permanecer en la fe y diciéndoles que tenemos que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios.
El asedio fue tan largo que se originó un hambre muy grande, hasta el punto de que una cabeza de asno llegó a costar ochenta monedas de plata, y un cuarto de puerros, cinco monedas de plata.
Eliseo regresó a Guilgal. En el país había carestía. Y estando un día con él los discípulos de los profetas, dijo a su siervo: 'Pon la olla grande y cuece unas viandas para los discípulos de los profetas'.
En tiempos de David hubo una gran hambre durante tres años consecutivos. David consultó al Señor, y el Señor le dijo: 'Hay sangre sobre Saúl y sobre su casa, porque él mató a los gabaonitas'.
En los días en que gobernaban los jueces hubo una gran carestía en Palestina, y un hombre de Belén de Judá emigró al país de Moab con su mujer y sus dos hijos.
José, viendo que el hambre se había extendido por todo el país, abrió los graneros y vendía a los egipcios; el hambre se iba agravando más y más en Egipto.