Y se dijeron unos a otros: 'Ea, hagamos ladrillos y cozámoslos al fuego'. Se sirvieron de los ladrillos en lugar de piedras, y de betún en lugar de argamasa.
El valle de Sidín estaba lleno de pozos de betún. Los reyes de Sodoma y Gomorra se dieron a la fuga y cayeron allí muchos, y los que pudieron salvarse huyeron a los montes.
Como ya no podía ocultarlo más, tomó una cestita de papiro, la calafateó con betún y pez, puso en ella al niño y la dejó entre los juncos de la orilla del río.
y amargando su vida con trabajos forzados: en la fabricación de mortero y ladrillos y en las diversas faenas del campo, trabajos a los que los sometían con dureza.
Se llevó cautivos a sus habitantes y los puso a trabajar con sierras, picos y hachas y a hacer ladrillos. Lo mismo hizo con las ciudades de los amonitas. David y todo su ejército volvieron a Jerusalén.
Luego dijeron: 'Ea, edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo. Hagámonos famosos y no andemos más dispersos por la tierra'.