y llamó a la luz día, y a las tinieblas noche. Hubo así tarde y mañana: día primero.
Tuyo es el día, tuya también la noche, tú la luna y el sol estableciste,
Yo formo la luz y creo las tinieblas; doy la dicha y produzco la desgracia; soy yo, el Señor, quien hace todo esto.
Todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día; no sois hijos de la noche ni de las tinieblas.
Derramas la tiniebla y cae la noche, y entonces salen todas las fieras de la selva;
Mientras dure la tierra, sementera y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche no cesarán más'.
Los cielos narran la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos,
Esto dice el Señor: 'Si es que puede romperse mi alianza con el día y con la noche de modo que el día y la noche no se sucedan a su debido tiempo,
Cuando todas estas cosas son manifestadas por la luz, quedan al descubierto, y lo que queda al descubierto se convierte en luz.
El trabajo de cada uno aparecerá claro el día del juicio, porque ese día se manifestará con fuego, y el fuego probará la obra de cada uno.
Dios llamó al firmamento cielo. Hubo tarde y mañana: día segundo.
Vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que todo estaba muy bien. Hubo tarde y mañana: día sexto.
Hubo tarde y mañana: día quinto.
Hubo tarde y mañana: día cuarto.
Hubo tarde y mañana: día tercero.
Toda la comunidad vio que Aarón había expirado, y toda la casa de Israel lloró a Aarón durante tres días.
tú, que acallas el estruendo de los mares, el bramar de sus olas y el tumulto de los pueblos.