Él continuó: 'No temas, Daniel, pues desde el primer día que tú, con el fin de comprender, decidiste hacer penitencia ante tu Dios, fueron escuchadas tus palabras y, debido a ellas, he venido yo.
Aquel personaje me dijo: 'Hijo de hombre, mira bien, escucha atentamente y fíjate en todo lo que te voy a mostrar. Has sido traído para que yo te lo muestre y comuniques luego a la casa de Israel cuanto yo te enseñe'.
Poned, pues, vuestro corazón y vuestra alma al servicio del Señor, vuestro Dios. Aprestaos y edificad el santuario del Señor, vuestro Dios, para trasladar al templo edificado al nombre del Señor el arca de la alianza del Señor y los utensilios consagrados a Dios'.
El Señor dijo a Moisés: 'Extiende tu mano hacia el cielo para que caiga granizo en todo el país sobre hombres y animales y sobre toda la hierba del campo'.