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Referencias Cruzadas

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Éxodo 7:23

Biblia Martin Nieto

El Faraón se volvió y entró en su casa sin hacer caso.

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20 Referencias Cruzadas  

Si no escucháis ni os preocupáis de glorificar mi nombre -dice el Señor todopoderoso-, yo mandaré contra vosotros la maldición; maldeciré vuestras bendiciones; incluso las he maldecido ya, porque no hay entre vosotros quien tome esto en consideración.

Mirad a las gentes y observad; quedaréis maravillados y asombrados, pues va a realizarse en vuestros días una obra que no creeríais si alguno os la contara.

Aquel personaje me dijo: 'Hijo de hombre, mira bien, escucha atentamente y fíjate en todo lo que te voy a mostrar. Has sido traído para que yo te lo muestre y comuniques luego a la casa de Israel cuanto yo te enseñe'.

Pero no se espantaron ni se rasgaron las vestiduras el rey ni ninguno de sus servidores al oír estas palabras;

¡Oh Señor!, ¿no buscan tus ojos la verdad? Tú les has herido, y no han acusado el golpe; los has aplastado, y no han querido aprender la lección. Han endurecido su frente como la roca, han rehusado convertirse.

Señor, alzada está tu mano; pero ellos no la miran. ¡Vean tu celo por tu pueblo, y se avergüencen, y el fuego preparado para tus enemigos los devore!

El hombre que ante los reproches se hace más terco será quebrantado de repente y sin remedio.

Vi aquello y reflexioné, y de cuanto contemplé saqué esta lección:

Inclina tu oído y escucha mis palabras, aplica tu corazón a comprenderlas.

Los hombres del pueblo son un soplo, la gente ilustre, una mentira; cuando se los pone en la balanza, todos juntos pesan menos que un soplo.

¿Qué es el hombre para que de él así te ocupes, para que pongas en él tu pensamiento,

Estando en trance de morir, los que estaban presentes le decían: 'No tengas miedo, que has dado a luz un hijo'. Pero ella no respondió ni hizo caso;

'Grabad en vuestro corazón todas las palabras que hoy pongo como testigo contra vosotros y enseñádselas a vuestros hijos para que pongan en práctica todas las disposiciones de esta ley.

Pero los que no hicieron caso de la palabra del Señor dejaron sus siervos y ganados en el campo.

Pero los magos de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos. Y el corazón del Faraón se endureció y no los escuchó, como había dicho el Señor.

Todos los egipcios excavaron en las orillas del río en busca de agua potable, pues no podían beber las del río.

Los servidores del Faraón que temieron la palabra del Señor mandaron refugiar en las casas a siervos y ganados.

Dichoso el hombre que está siempre en el temor, el que endurece su corazón caerá en la desventura.

Decías: Seré soberana para siempre, perpetuamente lo seré; mas no reflexionaste en esto, ni pensaste en su fin.




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