Entonces Séfora, tomando un pedernal afilado, cortó el prepucio de su hijo y lo arrojó a sus pies diciendo: 'Esposo de sangre eres para mí'.
El varón incircunciso, al que no le haya sido cortada la carne de su prepucio, será borrado de su pueblo; ha violado mi pacto'.
Semeí profería estos insultos: '¡Vete, vete, hombre sanguinario y perverso!
Moisés aceptó quedarse a vivir en casa de aquel hombre, que le dio a su hija Séfora por mujer.
Y el Señor le dejó, al decir ella 'Esposo de sangre', en razón de la circuncisión.
Jetró, suegro de Moisés, tomó a Séfora, mujer de Moisés, a la que éste había despedido antes,