Moisés volvió a casa de Jetró, su suegro, y le dijo: 'Déjame marchar y volver a mis hermanos, que están en Egipto, para ver si todavía están vivos'. Jetró le dijo: 'Vete en paz'.
Los que se encuentran bajo el yugo de la esclavitud, que miren a sus propios amos como dignos de todo respeto, para que el nombre de Dios y su doctrina no sean blasfemados.
Pasados unos días, Pablo dijo a Bernabé: 'Volvamos a visitar a los hermanos por todas las ciudades en que anunciamos la palabra del Señor, a ver cómo están'.