En Edén, jardín de Dios, vivías. Innumerables piedras preciosas adornaban tu manto: rubí, topacio, diamante, crisólito, piedra de ónice, jaspe, zafiro, carbunclo y esmeralda; de oro era el borde de tu manto, de oro las incrustaduras, todo a punto desde el día en que fuiste creado.
Pondrás las dos piedras sobre las hombreras, como piedras de recuerdo para los israelitas. Así Aarón llevará sus nombres sobre sus hombros, ante el Señor, para recordarlos.
y el cinturón para sujetarlo por encima, formando una sola pieza con él, del mismo trabajo: oro, púrpura violeta, escarlata y carmesí, y lino fino trenzado, como el Señor había mandado a Moisés.