Machacaron el oro, haciéndolo láminas, que cortaron en hilos para entrelazarlos, en púrpura violeta, escarlata y carmesí, y lino fino trenzado, artísticamente recamado.
Los más hábiles entre los participantes en la obra fabricaron el tabernáculo con diez cortinas de lino fino trenzado con púrpura violeta, escarlata y carmesí, artísticamente recamado, con figuras de querubines.