Moisés se dijo: 'Voy a acercarme a ver esta gran visión; por qué la zarza no se consume'.
Moisés se sorprendió de lo que veía; al acercarse para verlo mejor, se oyó la voz del Señor:
Den gracias al Señor por su amor, por sus milagros en favor de los humanos.
Escucha esto, Job; detente y considera los prodigios de Dios.
Allí se le apareció el ángel del Señor en llama de fuego, en medio de una zarza. Miró, y vio que la zarza ardía sin consumirse.