Si encuentras el buey de tu enemigo o su asno perdido, llévaselo.
Procurad que nadie vuelva a otro mal por mal; tened siempre por meta el bien, tanto entre vosotros como para los demás.
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen,
Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber,
el sacerdote, revestido de la túnica y los calzones de lino, quitará la ceniza del fuego que ha consumido el holocausto sobre el altar y la pondrá a un lado del altar.