Cuando yo quiero sanar a Israel, se descubre la iniquidad de Efraín y el crimen de Samaría, porque se practica la estafa, el ladrón penetra en las casas y afuera saquean los bandidos.
Hasta en la orla de tu vestido tienes sangre de los pobres y de los inocentes; ¡a éstos no los sorprendiste en ningún delito, sino junto a los terebintos!