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Referencias Cruzadas

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Éxodo 13:5

Biblia Martin Nieto

Cuando el Señor te haya introducido en la tierra del cananeo, del hitita, del amorreo, del heveo y del jebuseo, la que juró dar a tus padres, tierra que mana leche y miel, observarás este rito en este mismo mes.

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31 Referencias Cruzadas  

Voy a bajar a liberarlo de la mano de los egipcios, sacarlo de aquella tierra y llevarlo a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, a la tierra del cananeo, del hitita, del amorreo, del fereceo, del heveo y del jebuseo.

Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó. Los jefes de Jericó combatieron contra vosotros, así como los amorreos, los fereceos, los cananeos, los hititas, los guirgaseos, los heveos y los jebuseos, pero yo los entregué en vuestras manos.

Os llevaré al país que juré dar a Abrahán, a Isaac y a Jacob, y os lo daré en posesión. Yo, el Señor'.

Mira bien lo que hoy te mando: voy a echar delante de ti al amorreo, al cananeo, al hitita, al fereceo, al heveo y al jebuseo.

He determinado sacaros de la opresión de Egipto a la tierra del cananeo, del hitita, del amorreo, del fereceo, del heveo y del jebuseo; tierra que mana leche y miel.

Cuando hayas entrado en la tierra que el Señor, tu Dios, te da en herencia, la hayas conquistado y te hayas establecido en ella,

Cuando el Señor, tu Dios, haya exterminado las naciones cuyas tierras te da en posesión y vivas en sus ciudades y en sus casas,

Cuando el Señor, tu Dios, haya exterminado las naciones que tú vas a desalojar, cuando las hayas echado y tú vivas en sus dominios,

Cuando el Señor, tu Dios, te haya introducido en la tierra que vas a poseer, pueblos numerosos caerán ante ti: los hititas, los guirgaseos, los amorreos, los cananeos, los fereceos, los heveos y los jebuseos, siete pueblos más poderosos y más potentes que tú.

Los hombres que han salido de Egipto de veinte años para arriba no verán la tierra que con juramento prometí yo a Abrahán, Isaac y Jacob, porque no me han seguido con fidelidad, a

Os juro que no entraréis en la tierra en la que, mano en alto, había jurado estableceros, excepto Caleb, hijo de Jefoné, y Josué, hijo de Nun.

El Señor no ha podido llevar a este pueblo a la tierra que le había prometido con juramento; por eso lo ha aniquilado en el desierto.

El Señor dijo a Moisés: 'Anda, sube de aquí, tú y el pueblo que has sacado de Egipto, a la tierra que juré dar a Abrahán, Isaac y Jacob, diciendo: Se la daré a tu descendencia.

Luego dijo a sus hermanos: 'Yo voy a morir, pero Dios vendrá ciertamente en vuestra ayuda y os hará subir de esta tierra a la tierra que él prometió a Abrahán, Isaac y Jacob'.

Reside en ese país, y yo estaré contigo y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia os daré esta tierra cumpliendo el juramento que hice a tu padre Abrahán.

Observaréis esto como institución perpetua para vosotros y vuestros hijos.

Observarás este mandato en el tiempo establecido, de año en año'.

'Cuando el Señor te haya llevado a la tierra del cananeo, como te ha jurado a ti y a tus padres, y te la haya dado,

Acuérdate de Abrahán, de Isaac y de Jacob, tus siervos, a quienes juraste por ti mismo diciendo: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo y toda esta tierra, de que os he hablado, se la daré a vuestra descendencia en posesión perpetua'.

De nuevo os digo: Tomaréis posesión de su tierra, yo mismo os la doy en propiedad; es una tierra que mana leche y miel: yo, el Señor, Dios vuestro, que os he separado de las gentes.

¿Acaso lo he concebido yo o lo he dado a luz para que me digas: Llévalo en tu regazo, como lleva la nodriza al niño a quien da de mamar, hasta la tierra que juraste dar a sus padres?

Ésta fue la información: 'Fuimos a la tierra a la que nos enviasteis. En verdad mana leche y miel; ved sus frutos.

y cumpliré el juramento que hice a vuestros padres de darles una tierra que mana leche y miel, como sucede al presente'. Yo respondí: 'Sí, Señor'.

Y les diste este país, conforme habías jurado a sus padres, tierra que mana leche y miel.

Aquel día alcé mi mano ante ellos jurando sacarlos de Egipto y llevarlos a una tierra que había escogido para ellos, una tierra que mana leche y miel, un paraíso entre todas las tierras.

Hice con ellos mi pacto: darles la tierra de Canaán, la tierra de sus emigraciones, donde vivieron como extranjeros.




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