A medianoche el Señor mató a todos los primogénitos de Egipto, desde el primogénito del Faraón, su sucesor en el trono, hasta el primogénito del esclavo, recluido en la cárcel, y a todos los primogénitos de los animales.
Envié contra vosotros una peste como la de Egipto, maté a espada a vuestra juventud e hice subir el mal olor de vuestros campamentos hasta vuestras narices; ¡y no habéis vuelto a mí!, dice el Señor.
Esa noche pasaré yo por el territorio de Egipto y mataré a todos los primogénitos de Egipto, tanto de los hombres como de los animales. Haré justicia de todos los dioses de Egipto. ¡Yo, el Señor!
Cuando oigas ruido de pasos por las copas de las balsameras, ataca rápidamente, porque el Señor irá delante de ti para derrotar al ejército de los filisteos'.
El Señor pasará para castigar a los egipcios y, al ver la sangre en el dintel y en las dos jambas, pasará de largo; no permitirá al exterminador entrar en vuestras casas para herir.