Hatac volvió y contó a Ester lo que le había dicho Mardoqueo.
Llamó entonces Ester a Hatac, uno de los eunucos que el rey había puesto a su servicio, y lo mandó a preguntar a Mardoqueo qué pasaba y por qué hacía aquello.
Le entregó también una copia del decreto de exterminio, publicado en Susa, para que lo entregase a Ester y estuviese informada.
Ester mandó a Hatac a decir a Mardoqueo:
Como la nieve en el verano o la lluvia en la siega, así le cae la gloria al necio.