Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




Ester 2:9

Biblia Martin Nieto

La joven le gustó, y él se apresuró a darle el tratamiento de belleza y alimentos, poniendo a su disposición siete doncellas elegidas entre las mejores del palacio real; luego la llevó con sus doncellas al sitio mejor del harén.

Ver Capítulo Copiar

12 Referencias Cruzadas  

Cuando el Señor se complace en la conducta de un hombre, reconcilia con él incluso a sus enemigos.

Pero el Señor estaba con José e hizo que hallara favor y gracia a los ojos del jefe de la prisión.

Cada joven debía presentarse por turno al rey Asuero, pasados los doce meses exigidos por el tratamiento de belleza: seis meses para untarse con aceite de mirra, y otros seis con bálsamo y cosméticos.

Encargue el rey a hombres de confianza, en todas las provincias, que elijan las jóvenes vírgenes más bellas, para que se reúnan en la ciudad de Susa, en el harén, bajo la custodia de Hegué, eunuco del rey y guardián de las mujeres; que les hagan un tratamiento de belleza,

Dios concedió a Daniel favor y simpatía ante el jefe de los eunucos.

volvió de Babilonia. Era un escriba experto en la ley de Moisés, dada por el Señor, Dios de Israel. El rey le concedió todo lo que deseaba, porque el Señor, su Dios, estaba con él.

y lo libró de todas sus tribulaciones; le dio una gran sabiduría, con lo que se ganó el favor del Faraón, rey de Egipto, que lo hizo gobernador de Egipto y de toda la casa real.

hizo que sus conquistadores los trataran con benevolencia.

perdona a tu pueblo los pecados y todas las rebeliones que hayan cometido contra ti, y haz que encuentren misericordia en sus deportadores, para que éstos tengan de ellos piedad,

y una carta dirigida a Asaf, el guarda del parque real, para que me dé madera de construcción para las puertas de la ciudadela del templo, para la muralla de la ciudad y la casa en que he de habitar yo'. El rey me lo concedió, porque mi Dios me protegía.

Cuando vio que la reina Ester estaba de pie en el atrio, le arrebató su encanto y tendió hacia ella el cetro de oro que tenía en la mano. Ester se acercó y tocó la punta del cetro.

José halló gracia a sus ojos, y así fue incorporado al servicio de su dueño, quien le hizo mayordomo de su casa, confiándole todo cuanto tenía.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios