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Referencias Cruzadas

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Efesios 2:3

Biblia Martin Nieto

Nosotros también éramos de ésos cuando nos dejábamos llevar de las apetencias carnales, sujetos a los deseos de nuestros instintos y a nuestra imaginación. Éramos, por naturaleza, objeto de la ira divina, igual que los demás.

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54 Referencias Cruzadas  

Nosotros también en otro tiempo fuimos unos locos, desobedientes, descarriados, esclavos de toda clase de concupiscencias y placeres, malos y envidiosos, odiados de todos y odiándonos mutuamente unos a otros.

Como hijos obedientes no viváis conforme a las pasiones que os tenían esclavizados en otro tiempo cuando caminabais en la ignorancia;

debéis despojaros de vuestra vida pasada, del hombre viejo, corrompido por las concupiscencias engañosas,

al contrario, revestíos de Jesucristo, el Señor, y no busquéis satisfacer los bajos instintos.

Que el pecado no reine más en vuestro cuerpo mortal, y que no os obligue a obedecer a vuestras bajas pasiones.

Reconozco mi iniquidad, tengo siempre delante mi pecado.

Porque todo lo que hay en el mundo, las pasiones carnales, el ansia de las cosas y la arrogancia, no provienen del Padre, sino del mundo.

que cometisteis siguiendo el modo de vivir de este mundo, bajo el príncipe de las potestades aéreas, el espíritu que actúa en los que se rebelan contra Dios.

Vosotros sois hijos del diablo y queréis cumplir los deseos de vuestro padre. Él fue homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad, pues no hay verdad en él. Cuando dice mentira, habla según su propia naturaleza, porque es mentiroso y padre de la mentira.

Hermanos míos, ya que tenemos estas promesas, purifiquémonos de todo lo que mancha el cuerpo o el espíritu, perfeccionando nuestra consagración en el temor de Dios.

Pues ¿quién te hace a ti superior? Y ¿qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿por qué presumes como si no lo hubieras recibido?

Yo sé que en mí, es decir, en mis bajos instintos, no hay nada bueno, pues quiero hacer el bien y no puedo.

pero en ellos brotan las preocupaciones del mundo, el engaño de las riquezas y demás ambiciones, y ahogan la palabra haciéndola infructuosa.

Al ver el Señor que la maldad de los hombres sobre la tierra era muy grande y que siempre estaban pensando en hacer el mal,

Pues así como vosotros en otro tiempo fuisteis desobedientes a Dios y ahora habéis conseguido misericordia por la desobediencia de ellos,

¿Qué tienes tú que decir en contra, si Dios, queriendo manifestar su indignación y dar a conocer su poder, soportó con gran paciencia a los que estaban preparados para la destrucción;

él, que no nació ni de sangre ni de carne, / ni por deseo de hombre / sino de Dios. /

Todos nosotros, como ovejas, andábamos errantes; cada cual siguiendo su propio camino. Y el Señor ha hecho recaer sobre él la perversidad de todos nosotros.

¿Cómo, pues, puede ante Dios ser justo un hombre? ¿Cómo puro el nacido de mujer?

¿Quién puede sacar lo puro de lo impuro? Nadie.

El Señor aspiró el perfume agradable, y se dijo: 'No maldeciré más la tierra por causa del hombre, porque los impulsos del corazón del hombre tienden al mal desde su adolescencia; jamás volveré a castigar a los seres vivientes como acabo de hacerlo.

Con sus discursos pomposos y vacíos despiertan los deseos carnales y el desenfreno de aquellos que apenas habían logrado escapar de los que viven en el error.

tienen sus ojos llenos de adulterio y no se hartan de pecar; seducen a los inestables; tienen el corazón habituado a la avaricia, son gente maldita.

Pues los que quieren enriquecerse caen en la tentación y en la trampa de deseos insensatos y funestos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición.

Pero, según la Escritura, todo el mundo está bajo el pecado, para que la promesa de Dios se cumpla en los creyentes por la fe en Jesucristo.

Por eso Dios los abandonó a sus bajas pasiones y a la inmoralidad, de forma que ellos mismos degradan sus propios cuerpos;

Es, por otra parte, también un mandamiento nuevo el que os escribo -que es verdadero en él y en vosotros-; porque se disipan las tinieblas y la luz verdadera brilla ya.

El cual ha permitido en las pasadas generaciones que todas las naciones siguiesen sus caminos;

Adán, a la edad de ciento treinta años, engendró un hijo a su imagen, según su semejanza, y le llamó Set.

Pues cuando los paganos, que no tienen ley, practican de una manera natural lo que manda la ley, aunque no tengan ley, ellos mismos son su propia ley.

Con mucha más razón, justificados ahora por su sangre, seremos librados por él del castigo.

Porque si, siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por medio de la muerte de su Hijo, mucho más, una vez reconciliados, seremos salvados por su vida.

Y a vosotros, que fuisteis un día extraños y enemigos de corazón y de obra,

Hermanos, no queremos que ignoréis la suerte de los difuntos, para que no os aflijáis como los que no tienen esperanza.

Por tanto, no nos echemos a dormir como los otros, sino estemos alerta y seamos sobrios.




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