A ti, oh Señor, la justicia; a nosotros la vergüenza, como ahora la soportan los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén y de todo el país, próximos y lejanos, en todas las tierras donde los has dispersado por los delitos que cometieron contra ti.
Si nuestras iniquidades dan testimonio contra nosotros, actúa, Señor, por el honor de tu nombre. Sí, nuestras rebeldías han sido numerosas, hemos pecado contra ti.
y se encaró así con el Señor: 'Ah, Señor, ¿no lo decía yo ya cuando estaba todavía en mi tierra? ¿Y no fue por esto por lo que me apresuré a ir a Tarsis? Yo sabía que tú eres un Dios clemente, misericordioso y paciente, lleno de compasión y pronto a arrepentirte de las amenazas.
Recordaré los beneficios del Señor, las alabanzas del Señor, todo lo que el Señor ha hecho con nosotros, su gran bondad con la casa de Israel; todo lo que, en su misericordia, ha hecho con nosotros, y la multitud de sus beneficios.
Deje el malvado su camino, y el malhechor sus pensamientos; conviértase al Señor, que tendrá piedad de él; a nuestro Dios, que es generoso en el perdón.
Pero el pueblo de Israel se rebeló contra mí en el desierto; no caminaron según mis preceptos, despreciaron mis leyes que dan la vida a quien las observa, y profanaron mis sábados, por lo cual decidí derramar sobre ellos mi furor en el desierto y exterminarlos.
No hemos escuchado a los profetas, tus siervos, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo del país.