Aquel que llega contra el rey del sur actuará a placer sin que haya quien pueda hacerle frente; se establecerá en la tierra santa llevando en su mano la destrucción.
Yo miraba los cuernos y observé que de en medio de ellos despuntaba otro cuerno, y que tres de los diez precedentes le eran arrancados para dar cabida a aquél. Vi también que el nuevo cuerno tenía ojos como los de un hombre y una boca que decía cosas monstruosas.
Pero en el desierto alcé mi mano y les juré que no los llevaría al país destinado para ellos, tierra que mana leche y miel, un paraíso entre las tierras,
Aquel día alcé mi mano ante ellos jurando sacarlos de Egipto y llevarlos a una tierra que había escogido para ellos, una tierra que mana leche y miel, un paraíso entre todas las tierras.
Los dispersé entre los pueblos a quienes no conocían, y la tierra quedó desolada después de su partida, de tal manera que nadie pasaba por ella. La tierra de delicias quedó convertida en desierto'.
Surgirá al fin en lugar de éste un hombre despreciable, a quien no se conferirá la dignidad real, sino que se introducirá mediante la astucia y se apoderará del reino a fuerza de intrigas.
Y yo me decía: ¿Te contaré entre mis hijos y te daré un país de delicias, la heredad más preciosa de las naciones? Yo pensaba: Me llamarás padre, y ya no te alejarás de mí.