cuyo follaje era hermoso y abundantes los frutos, suficientes para alimentar a todos, bajo el cual se cobijaban las bestias del campo y en cuyas ramas anidaban los pájaros del cielo,
Hace un momento acaban de ser traídos a mi presencia los sabios y los magos para que leyeran este escrito y me dieran su interpretación, y no han sido capaces de descifrarlo.
A la mañana siguiente el Faraón, muy turbado, mandó llamar a todos los adivinos y a todos los sabios de Egipto y les contó su sueño, pero nadie pudo explicárselo.
En todos los asuntos que requerían sabiduría e inteligencia sobre los que el rey interrogó, los encontró diez veces superiores a todos los magos y adivinos que había en su reino entero.
y en cuyas manos ha dejado a los hombres, las bestias del campo y los pájaros del cielo dondequiera que habiten, y a quien ha hecho soberano sobre todos ellos, tú eres la cabeza de oro.