Finalmente vino a mi presencia Daniel, llamado Baltasar según el nombre de mi Dios, hombre en quien está el espíritu del Dios santo, y le conté el sueño.
Palabra que fue dirigida a Jeremías acerca de todo el pueblo de Judá el año cuarto de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá, esto es, el año primero de Nabucodonosor, rey de Babilonia.
Trajeron una piedra y la colocaron en la boca del foso; y el rey la selló con su anillo y con el anillo de sus dignatarios, con el fin de que no pudiese ser mudada la suerte de Daniel.
El año primero de Baltasar, rey de Babilonia, Daniel, mientras estaba en la cama, tuvo un sueño y pasaron por su espíritu unas visiones. En seguida puso por escrito el sueño.