Entonces el rey del sur, irritado, saldrá y combatirá contra él, contra el rey del norte, el cual movilizará un gran ejército, pero este ejército caerá en manos de aquél.
Vi cómo alcanzó al carnero, cómo lo embistió, ebrio de cólera, y le quebró los dos cuernos, sin que el carnero tuviera fuerzas para hacerle frente; lo tumbó en tierra, lo pisoteó y no hubo quien librara al carnero vencido.
y en cuyas manos ha dejado a los hombres, las bestias del campo y los pájaros del cielo dondequiera que habiten, y a quien ha hecho soberano sobre todos ellos, tú eres la cabeza de oro.
Entonces un hombre de Dios se llegó al rey de Israel, y le dijo: 'Esto dice el Señor: Ya que Siria ha dicho que el Señor es el Dios de las montañas y no el Dios de los valles, voy a entregar en tus manos a toda esa inmensa multitud, para que conozcáis que yo soy el Señor'.
Un profeta se acercó a Ajab, rey de Israel, y dijo: 'Esto dice el Señor: ¿Ves toda esa inmensa multitud? Pues mira, yo la voy a poner hoy en tus manos para que sepas que yo soy el Señor'.
Al final se enfrentará a él el rey del sur; pero el rey del norte se levantará contra él con sus carros y jinetes y con numerosas naves, entrará en su país, lo invadirá y lo atravesará.