Daniel tenía el propósito de no contaminarse con la comida del rey ni con el vino que él bebía, y suplicó al jefe de los eunucos que no le obligara a contaminarse.
Y si alguno, con entera libertad, sin que nadie lo fuerce, tiene en su interior el firme propósito de no casarse con su novia y así lo decide, hace bien.
El rey les asignó una ración diaria de la comida del monarca y del vino que él bebía. Su formación duraría tres años, al cabo de los cuales serían admitidos al servicio del rey.
ante los que comían / la grasa de sus víctimas / y bebían el vino de sus ofrendas? ¡Que se levanten y os socorran, / que sean para vosotros un refugio!