¿Qué distingue a tu amado de los otros, tú, la más bella de las mujeres? ¿Qué distingue a tu amor de los otros, para que así nos conjures? Ella:
Coro: ¿Dónde se fue tu amor, tú, la más bella de las mujeres? ¿Adónde se dirigió tu amor, para que contigo lo busquemos? Ella:
Si no lo sabes, tú, la más bella de las mujeres, sigue el rastro de las ovejas y lleva a pastar tus cabritos junto a las chozas de los pastores. Él:
Creció ante él como un pimpollo, como raíz en tierra seca. Sin gracia ni belleza para atraer la mirada, sin aspecto digno de complacencia.
¡Qué cosas tan hermosas se pregonan de ti, ciudad de Dios!
La hija de Tiro llega con presentes, los ricos del pueblo te rinden vasallaje.
Y aquel que es la Palabra / se hizo carne, / y habitó entre nosotros, / y nosotros vimos su gloria, / gloria cual de unigénito / venido del Padre, / lleno de gracia y de verdad. /
Al entrar él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió; decían: '¿Quién es éste?'.
Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, por las gacelas y las ciervas del campo, no despertéis, no turbéis a mi amor hasta cuando ella quiera. Ella: