¡Montes de Gelboé!, no caiga sobre vosotros ni rocío ni lluvia, campos traidores; porque allí fue abatido el escudo de los héroes, el escudo de Saúl: no estaba ungido con óleo,
Tu cuello, una torre de marfil. Tus ojos, como las piscinas de Jesbón junto a las puertas de Bat-Rabín. Tu nariz, como la torre del Líbano, vigía que mira hacia Damasco.