Cantares 4:1

Biblia Martin Nieto

¡Qué hermosa eres, amor mío, qué hermosa eres! Tus ojos, de paloma, a través de tu velo. Tu melena, cual rebaño de cabras ondulante por las pendientes de Galaad.

Referencias Cruzadas

Cantares 1:15

¡Qué hermosa eres, amor mío, qué hermosa eres! Tus ojos son como palomas... Ella:

Cantares 6:5

Retira de mí tus ojos porque me arrebatan. Tu melena es un rebaño de cabras ondulante por las pendientes de Galaad.

Cantares 6:7

Tus mejillas, mitades de granada a través de tu velo.

Miqueas 7:14

Apacienta a tu pueblo con tu cayado, el rebaño de tu herencia, que anda solitario en el bosque en medio de un campo feraz. Que pasten como antaño en Basán y en Galaad.

Cantares 7:5

Tu cuello, una torre de marfil. Tus ojos, como las piscinas de Jesbón junto a las puertas de Bat-Rabín. Tu nariz, como la torre del Líbano, vigía que mira hacia Damasco.

Cantares 2:14

Paloma mía, en las grietas de las peñas, en escarpados escondrijos, muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz, porque tu voz es dulce y tu rostro encantador'.

2 Corintios 3:18

Y todos nosotros, con la cara descubierta, reflejando como en un espejo la gloria del Señor, nos transformamos en su misma imagen, resultando siempre más gloriosos, bajo el influjo del Espíritu del Señor.

Mateo 11:29

Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy afable y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas.

Ezequiel 16:14

La fama de tu belleza se difundió entre las gentes, porque era perfecta por el esplendor que yo te había dado, dice el Señor Dios.

Cantares 2:10

Mi amor canta y me dice: Él: '¡Levántate, amor mío; hermosa mía, ven!

Salmos 45:11

Escucha, hija mía, atiende, mira, olvida tu pueblo y tu familia:

Números 32:40

Moisés dio Galaad a Maquir, hijo de Manasés, que se estableció allí.

Números 32:1

Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían grandes y numerosos rebaños. Cuando vieron que la tierra de Yazer y la de Galaad eran lugares muy aptos para la ganadería,

Jeremías 22:6

Pues esto dice el Señor acerca de la casa real de Judá: Eras para mí como un Galaad, como una cima del Líbano. Pero yo te transformaré en desierto, en ciudad despoblada.