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Referencias Cruzadas

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Cantares 1:5

Biblia Martin Nieto

Morena soy, pero hermosa, hijas de Jerusalén, como las tiendas de Quedar, como los pabellones de Salomón.

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29 Referencias Cruzadas  

Al que no conoció pecado, le hizo pecado en lugar nuestro, para que nosotros seamos en él justicia de Dios.

Pero el padre dijo a sus criados: Sacad inmediatamente el traje mejor y ponédselo; poned un anillo en su mano y sandalias en sus pies.

Su boca es colmo de dulzura, todo en él es delicia. Así es mi amor, así mi amigo, hijas de Jerusalén.

Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, si encontráis a mi amor, ¿qué le vais a decir? Que enferma estoy de amor. Coro:

Paloma mía, en las grietas de las peñas, en escarpados escondrijos, muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz, porque tu voz es dulce y tu rostro encantador'.

Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, por las gacelas y las ciervas del campo, no despertéis, no turbéis a mi amor hasta cuando ella quiera. Ella:

¡Ay de mí, que he tenido que emigrar a Mésec, y habitar en la tienda de Cedar!

al contrario, revestíos de Jesucristo, el Señor, y no busquéis satisfacer los bajos instintos.

'¡Jerusalén, Jerusalén!, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como una gallina a sus polluelos bajo las alas, y no has querido!

El rey entró para ver a los invitados, reparó en un hombre que no tenía traje de boda

Al discípulo le basta ser como su maestro, y al criado como su amo. Si al amo de la casa le han llamado Belcebú, ¡qué no dirán de los de la casa!

La fama de tu belleza se difundió entre las gentes, porque era perfecta por el esplendor que yo te había dado, dice el Señor Dios.

Yo salto de gozo con el Señor, mi alma se entusiasma con mi Dios, porque me ha puesto los vestidos de la salvación, me ha envuelto en el manto de la justicia, como un recién casado se ciñe la diadema o una novia se adorna con sus joyas.

Todos los rebaños de Quedar se apiñarán junto a ti, los carneros de Nebayot estarán a tu servicio; subirán a mi altar como ofrenda agradable, para engalanar el templo de mi gloria.

Hermosa eres, amiga mía, como Tirsá, deliciosa como Jerusalén, imponente como ejército formado.

Como cinta de escarlata tus labios, tu boca encantadora. Tus mejillas, mitades de granada a través de tu velo.

Mirad qué gran amor nos ha dado el Padre al hacer que nos llamemos hijos de Dios y lo seamos de verdad. Si el mundo no nos conoce, es porque no le ha conocido a él.

a fin de santificarla por medio del agua del bautismo y de la palabra,

Pero la Jerusalén de arriba es libre, la cual es madre nuestra,

Creció ante él como un pimpollo, como raíz en tierra seca. Sin gracia ni belleza para atraer la mirada, sin aspecto digno de complacencia.

Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, no despertéis ni turbéis a mi amor hasta cuando ella quiera. Coro:

Salid a contemplar, hijas de Sión, al rey Salomón, con la diadema con que lo coronó su madre el día de sus bodas, el día de las delicias de su corazón.

Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, por las gacelas y las ciervas del campo, no despertéis ni turbéis a mi amor hasta cuando ella quiera. Coro:

porque el Señor ama a su pueblo y corona de victoria a los humildes.

La bondad del Señor, nuestro Dios, esté con nosotros. Haz prosperar la acción de nuestras manos; sí, haz prosperar la acción de nuestras manos.

Mirra, áloe y acacia rezuman tus vestidos, en el salón de los marfiles música de arpas te recrea.

Sí, esto me ha dicho el Señor: Dentro de un año -año como el de un jornalero- habrá desaparecido todo el esplendor de Quedar;

Arabia y todos los príncipes de Cedar eran tus clientes y traficaban contigo corderos, carneros y machos cabríos.




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