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Referencias Cruzadas

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Apocalipsis 7:9

Biblia Martin Nieto

Después de esto vi aparecer una gran muchedumbre, que nadie podía contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua. Estaban en pie delante del trono de Dios y delante del cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.

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41 Referencias Cruzadas  

Ellos cantaban un cántico nuevo: Tú eres digno de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque has sido degollado y has rescatado para Dios con tu sangre a los hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación.

tomaron ramos de palmas y salieron a su encuentro, gritando: '¡Viva! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡El rey de Israel!'.

Pídeme y te daré en herencia las naciones, en propiedad los confines de la tierra.

¡Hala! Sálvate, Sión, tú que habitas en Babilonia.

El séptimo ángel tocó la trompeta, y se oyeron en el cielo voces potentes que decían: El imperio del mundo ha pasado a nuestro señor y a su mesías; él reinará por los siglos de los siglos.

Dieron a cada uno una vestidura blanca, y les dijeron que tuvieran paciencia aún por un poco de tiempo, hasta que se completase el número de sus compañeros de servicio y de sus hermanos, que iban a morir como ellos.

Te aconsejo que me compres oro acrisolado en el fuego para enriquecerte, vestiduras blancas para vestirte, y que no aparezca la vergüenza de tu desnudez, y un colirio para que unjas tus ojos y veas.

Hermanos, no quiero que ignoréis este misterio -para que no presumáis de vosotros mismos-: el endurecimiento de una parte de Israel ha sucedido hasta que todos los paganos hayan entrado;

Entonces se llamará a Jerusalén 'el trono del Señor'; a ella acudirán, en el nombre del Señor, todas las naciones y no seguirán más la obstinación de su propio corazón perverso.

Estad alerta y orad en todo momento para que podáis libraros de todo lo que ha de venir y presentaros ante el hijo del hombre'.

Entre tanto se agolparon miles y miles de personas, hasta pisarse unos a otros. Y comenzó a decir primeramente a sus discípulos: 'Guardaos del fermento de los fariseos, que es la hipocresía.

Los pobres comerán hasta saciarse, alabarán al Señor los que lo buscan: '¡Viva su corazón eternamente!'.

El primer día tomaréis los mejores frutos, ramos de palmera, ramas de árboles frondosos, sauces de las riberas, y os regocijaréis durante siete días en presencia del Señor, vuestro Dios.

Alrededor del trono había veinticuatro tronos, sobre los que estaban sentados veinticuatro ancianos, vestidos de blanco y con coronas de oro en la cabeza.

Vosotros, en cambio, os habéis acercado a la montaña de Sión, a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, a millares de ángeles, a la asamblea festiva,

Precisamente por esto, de un solo hombre, ya casi muerto, nació una descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo y como los incontables granos de arena que hay en las playas del mar.

Por esto, recibid la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo y ser perfectos en todo.

El rey ordenó que fueran traídos y arrojados al foso de los leones aquellos hombres que habían calumniado a Daniel, ellos, sus mujeres y sus hijos. Y aún no habían tocado el suelo del foso, cuando los leones se lanzaron sobre ellos y trituraron todos sus huesos.

se acordó de su amor y su lealtad para con la casa de Israel; todos los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Yo, Nabucodonosor, estaba tranquilo en mi casa, viviendo felizmente en mi palacio,

El cetro no será arrebatado de Judá, ni el bastón de mando de entre sus pies hasta que venga aquel a quien pertenece y a quien los pueblos obedecerán.

En mi visión oí la voz de una multitud de ángeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos; eran miles de miles, millones de millones.

Yo llamo a Dios gritando, yo llamo a Dios, y él me escucha.

Multiplicaré tu descendencia como el polvo de la tierra; si hay quien pueda contar el polvo de la tierra, ése podrá contar tu descendencia.

Oh Señor, mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el día de la tribulación; a ti vendrán las naciones desde los confines de la tierra y dirán: Sólo mentira poseyeron nuestros padres, vanidad e impotencia.

Allí rompió el aparato de la guerra: el arco, las flechas, el escudo y la espada.

Daré un silbido y los reuniré porque yo los he rescatado y los haré tan numerosos como antes.

de la tribu de Zabulón, doce mil; de la tribu de José, doce mil; de la tribu de Benjamín, doce mil.

Ya no habrá maldición alguna.

midió, por fin, otros quinientos. Era ya un río que no podía atravesar, pues el agua había crecido y sólo se podía pasar a nado.




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