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Referencias Cruzadas

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Apocalipsis 2:7

Biblia Martin Nieto

El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.

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36 Referencias Cruzadas  

El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré el maná escondido y una piedra blanca, y en la piedra escribiré un nombre nuevo, que sólo conoce el que la recibe.

El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. El vencedor no será víctima de la segunda muerte.

¡El que tenga oídos que oiga!'.

El que tenga oídos, que oiga:

Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. ¡El que tenga oídos que oiga!'

¡El que tenga oídos que oiga!'.

El fruto de la justicia es un árbol de vida, y la violencia arranca las vidas.

Dichosos los que lavan sus vestidos para tener derecho al árbol de la vida y a entrar en la ciudad por las puertas.

El vencedor heredará estas cosas; yo seré su Dios, y él será mi hijo.

Y le contestó: 'Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso'.

El Señor Dios hizo germinar del suelo toda clase de árboles agradables a la vista y apetitosos para comer, el árbol de la vida, en medio del jardín, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

El Espíritu y la esposa dicen: 'Ven'. El que escuche, diga: 'Ven'. El que tenga sed, que venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.

Nada que entra de fuera puede manchar al hombre; lo que sale de dentro es lo que puede manchar al hombre.

En medio de la plaza de la ciudad, y a un lado y otro del río, hay árboles de la vida, que dan doce frutos al año, una vez al mes. Las hojas de los árboles sirven para curar a las naciones.

Y a nosotros nos lo manifestó Dios por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo penetra todo, hasta las cosas más profundas de Dios.

Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulaciones; pero tened ánimo, que yo he vencido al mundo'.

En Edén, jardín de Dios, vivías. Innumerables piedras preciosas adornaban tu manto: rubí, topacio, diamante, crisólito, piedra de ónice, jaspe, zafiro, carbunclo y esmeralda; de oro era el borde de tu manto, de oro las incrustaduras, todo a punto desde el día en que fuiste creado.

La esperanza diferida hace enfermar el corazón, el deseo satisfecho es un árbol de vida.

fue arrebatado al paraíso, y oyó palabras inefables que el hombre no puede expresar.

No le igualaban los demás cedros en el jardín de Dios, los cipreses no podían competir con su ramaje, los plátanos no tenían su follaje. Ningún árbol, en el jardín de Dios, era a él comparable en belleza.

Vi como un mar de cristal, mezclado con fuego, y los que habían vencido a la bestia, a su estatua y a la cifra de su nombre estaban de pie sobre el mar de cristal con las cítaras de Dios.

Oí una voz que venía del cielo y decía: 'Escribe: Dichosos desde ahora los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, para que descansen de sus trabajos, porque sus obras los acompañan'.

Es un árbol de vida para los que la abrazan, y los que la poseen son bienaventurados.

Y añadió: '¡El que tenga oídos que oiga!'.

Y otra cayó en tierra buena, nació y dio fruto, el ciento por uno'. Dicho esto, exclamó: '¡El que tenga oídos que oiga!'.

Padres, os escribo porque habéis conocido al que es desde el principio. Jóvenes, os escribo porque habéis vencido al maligno.

¡El que tenga oídos para oír que oiga!'.




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