Pero tengo esto contra ti: dejas que Jezabel, esa mujer que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis servidores hasta hacerles vivir en la lujuria y comer las carnes sacrificadas a los ídolos.
Pero tengo algo contra ti: tienes secuaces de la doctrina de Balaán, el cual enseñaba a Balac la manera de hacer caer a los israelitas, incitándoles a comer carnes sacrificadas a los ídolos y a fornicar.
y, no bastándole imitar los pecados de Jeroboán, hijo de Nabat, tomó por esposa a Jezabel, hija de Etbaal, rey de los sidonios, y sirvió y adoró a Baal.
abstenerse de la fornicación, de comer sangre y carne sacrificada a los ídolos o de animales ahogados. Haréis bien en guardaros de estas cosas. Adiós'.
Exterminarás a la casa de Ajab, tu señor, y yo tomaré venganza en Jezabel de la sangre de mis siervos, los profetas, y de la sangre de todos los siervos del Señor.
No harás pacto alguno con los habitantes de la tierra, no sea que ellos, al prostituirse ante sus dioses para ofrecerles sacrificios, te inviten y comas de sus sacrificios.
Elías le dijo: 'No temas. Ve a casa y haz lo que has dicho, pero primero hazme a mí una torta pequeña y tráemela. Para ti y para tu hijo, la harás después.
Cuando Jorán vio a Jehú, preguntó: '¿Hay paz, Jehú?'. Él replicó: '¿Qué paz ha de haber mientras duren las prostituciones de Jezabel, tu madre, y sus muchas hechicerías?'.