El primero fue y vertió su copa sobre la tierra, y una úlcera cruel y maligna sobrevino a los hombres que tenían la marca de la bestia y adoraban su estatua.
El primero tocó la trompeta, y cayó sobre la tierra granizo y fuego mezclado con sangre; la tercera parte de la tierra quedó abrasada, la tercera parte de los árboles quedó abrasada y la tercera parte de la hierba verde quedó abrasada.
Cuando la llevaron, la mano del Señor descargó sobre la ciudad y hubo en ella gran pánico, pues hirió a las gentes de la ciudad, desde el pequeño hasta el grande, y les salieron tumores.
El Señor alejará de ti toda enfermedad y no te enviará ninguna de las malignas plagas de Egipto, que tú bien conoces, sino que las descargará sobre tus enemigos.
Y ved lo que sucederá: en lugar de perfume habrá podredumbre; en lugar de cinturón, una cuerda; en lugar de peinados, calvicie; en lugar de vestidos lujosos habrá un saco; en lugar de belleza, la marca de la infamia.
Ella ejerce todo el poder de la primera bestia en su presencia y hace que la tierra y sus habitantes adoren a la primera bestia, cuya llaga mortal había sido curada.