El que tenga oídos, que oiga:
El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.
El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré el maná escondido y una piedra blanca, y en la piedra escribiré un nombre nuevo, que sólo conoce el que la recibe.
El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. El vencedor no será víctima de la segunda muerte.
El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.
¡El que tenga oídos que oiga!'.
El que tenga oídos para oír que oiga'.
Y otra cayó en tierra buena, nació y dio fruto, el ciento por uno'. Dicho esto, exclamó: '¡El que tenga oídos que oiga!'.