Después de esto tuve una visión. Vi una puerta abierta en el cielo; y la voz del principio, la que oí hablarme como con sonido de trompeta, me dijo: 'Sube aquí y te mostraré lo que va a suceder en seguida'.
Y mientras iban caminando y conversando, un carro de fuego, con caballos de fuego, pasó entre los dos, y Elías fue arrebatado en un torbellino hacia el cielo.
Después nosotros, los vivos, los que estemos hasta la venida del Señor, seremos arrebatados juntamente con ellos entre nubes por los aires al encuentro del Señor. Y ya estaremos siempre con el Señor.
Los discípulos de los profetas de Jericó fueron y dijeron a Eliseo: '¿No sabes que el Señor se va a llevar hoy a tu amo por encima de tu cabeza?'. Él contestó: 'También yo lo sé, callad'.
Te decías en tu corazón: El cielo escalaré, encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono; en el monte de la asamblea me sentaré, en lo último del norte.
Cincuenta discípulos de los profetas fueron también y se pararon frente a ellos a cierta distancia, mientras que los dos se detuvieron junto al Jordán.
Frenó las ruedas de los carros, haciéndolos avanzar pesadamente. Los egipcios se dijeron: 'Huyamos de los israelitas, porque el Señor combate por ellos contra los egipcios'.