Cuando hablaron los siete truenos, me dispuse a escribir; pero oí una voz del cielo, que decía: 'Ten en secreto lo que han dicho los siete truenos, y no lo escribas'.
Toda visión se ha vuelto para vosotros como las palabras de un libro sellado. Si se le entrega a uno que sepa leer, diciéndole: Lee esto, responde: No puedo, porque este libro está sellado.
Después, la voz del cielo que había oído me habló de nuevo y me dijo: 'Anda, toma el libro abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra'.