Vi otro ángel que volaba por medio del cielo y tenía una buena nueva eterna que anunciar a los habitantes de la tierra, a toda nación, raza, lengua y pueblo.
Entonces él me dijo: 'Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Esto dice el Señor Dios: ¡Ven, espíritu, de los cuatro vientos y sopla sobre estos muertos para que revivan!'.
Ellos cantaban un cántico nuevo: Tú eres digno de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque has sido degollado y has rescatado para Dios con tu sangre a los hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación.
Tomé el librito de la mano del ángel y me lo comí; era dulce como la miel en mi boca, pero en cuanto me lo comí se me llenaron de amargura las entrañas.
Ejecutaré con este país todas las cosas que he predicho contra él, todo lo que está escrito en este libro: lo que Jeremías profetizó contra todas las naciones.