Abner se indignó mucho por estas palabras de Isbaal, y le dijo: '¿Soy yo, acaso, una cabeza de perro? Yo he tenido piedad de la casa de Saúl, con sus hermanos y sus amigos, y no te he dejado caer en manos de David; ¿y ahora me recriminas por una mujer?
Que mi sangre no caiga en tierra lejos de la presencia del Señor. Porque el rey ha salido a buscar mi vida como se persigue una perdiz por los montes'.
Jazael replicó: '¿Pues qué es tu siervo, este perro, para realizar hazañas tan grandes?'. Y Eliseo respondió: 'El Señor me ha revelado que tú serás el rey de Siria'.