David le dijo: 'No temas, porque quiero favorecerte por amor a tu padre, Jonatán. Te devolveré las tierras de Saúl, tu abuelo, y comerás siempre a mi mesa'.
Por el contrario, a los hijos de Barzilay, el galaadita, trátalos bien, contándolos entre los comensales de tu mesa, porque así me trataron ellos cuando yo huía de tu hermano Absalón.
El rey le preguntó: '¿Queda alguno de la casa de Saúl a quien yo pueda favorecer en nombre de Dios?'. Sibá respondió: 'Todavía queda un hijo de Jonatán, que está lisiado de ambos pies'.
te he dado la casa de tu señor y puse en tus brazos las mujeres de tu señor, y te he dado la casa de Israel y de Judá, y, por si esto fuera poco, te añadiré todavía más.
Y él les dijo: 'Estad tranquilos, no temáis. Fue vuestro Dios y el Dios de vuestro padre el que puso un tesoro en vuestros sacos; yo recibí vuestro dinero'. Y les sacó a Simeón.
Sibá respondió al rey: 'Tu servidor hará todo lo que el rey, mi señor, ha mandado a su siervo'. Meribaal comía a la mesa del rey, como uno de sus hijos.
Ellos, al ver que los llevaban a casa de José, se llenaron de miedo y se decían: 'Nos han traído aquí por lo del dinero que nos fue devuelto en nuestros sacos. Nos han traído aquí con nuestros asnos para acusarnos, torturarnos y tomarnos como esclavos'.
Tú trabajarás para él la tierra, tú y tus hijos y tus esclavos; tú harás la recolección, para que la casa de tu señor tenga qué comer; en cuanto a Meribaal, hijo de tu señor, él comerá siempre a mi mesa'. Sibá tenía quince hijos y veinte esclavos.
Porque toda la familia de mi padre es merecedora de la muerte por parte de mi señor, el rey; y, sin embargo, tú has admitido a tu siervo entre los que comen a tu mesa. ¿Qué derecho puedo tener yo para implorar todavía al rey?'.