Jonatán dijo a David: 'Vete en paz. En cuanto al juramento que hemos hecho en nombre del Señor, que el Señor esté siempre entre tú y yo, entre mi descendencia y la tuya'.
Por el contrario, a los hijos de Barzilay, el galaadita, trátalos bien, contándolos entre los comensales de tu mesa, porque así me trataron ellos cuando yo huía de tu hermano Absalón.
No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre, no vayas a casa de tu hermano el día de tu desgracia. Más vale un amigo cercano que un hermano lejano.
David le dijo: 'No temas, porque quiero favorecerte por amor a tu padre, Jonatán. Te devolveré las tierras de Saúl, tu abuelo, y comerás siempre a mi mesa'.