Aquel día siete mujeres se disputarán a un hombre y le dirán: Nosotras comeremos nuestro pan y nuestro vestido vestiremos; deja sólo que llevemos tu nombre, quítanos nuestra infamia.
Samuel no volvió a ver a Saúl hasta el día de su muerte. Samuel lloraba por Saúl porque el Señor se había arrepentido de haber hecho a Saúl rey de Israel.