Por vosotros, en primer lugar, Dios, después de haber resucitado a su Hijo, lo envió a bendeciros, para que os arrepintáis cada uno de vuestros pecados'.
Y distribuyó a todos los israelitas presentes, hombres y mujeres, una torta de pan a cada uno, un pedazo de carne y un racimo de uvas pasas; luego todo el pueblo se fue cada uno a su casa.